El fondo entonces al que aquí llegamos no es otro finalmente que la muerte. No hay otro fondo. Pero frente a este fondo todo lo demás aparenta vano y superficial (vanitas). Frente a la muerte la vida misma no es más que un juego de formas y de meras superficies. De ahí la importancia de las formas, aunque estén vacías, y de las superficies. Pues ellas son en realidad las formas mismas de la vida.
Nuestra reflexión sobre la superficie nos ha llevado así a la conclusión de que la superficie es también lo más profundo. Porque en realidad toda reflexión, incluso la más profunda, se nos da bajo la forma de un reflejo. Y el reflejo se da siempre sobre una superficie.
Premio de A.A.C.A Artista Joven 2012 por la exposición Sobre la superficie.
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